TOROSDOS

Se torea como se és. Juan Belmonte

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PAMPLONA. Crónica de José Antonio Del Moral: "Poderes y progresos de El Fandi""

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En su habitual e imparable suma y sigue, el granadino también triunfó ayer en su única cita sanferminera de este año y lo hizo tal o como suele, entregándose a tope con su variado y templado capote, cuajando sus poderosísimos y espectaculares tercios de banderillas – nada fáciles de llevar a cabo en esta ocasión –, sacando el máximo partido posible con la muleta y matando con pronta eficacia. Al buen segundo toro le cortó dos orejas y ninguna al dificilísimo y a la postre imposible quinto de la gigantesca y desigual corrida de El Pilar, en la que El Cid se llevó el toro con más clase, el cuarto, del que cortó una oreja con muy poca fuerza gracias a la buena estocada con que lo mató, que no por una faena que transcurrió de más a muy menos. Con el apenas probón y soso primero, el de Salteras no se halló nada a gusto ni confiado y lo mató mal. El joven Miguel Tendero, tampoco anduvo cómodo ni acertado con el peor toro de los dos que le tocaron, el segundo, aunque bastante mejor con el sexto al que mató tan mal como al anterior.

Plaza de toros de Pamplona. Martes 13 de julio de 2010. Novena de feria. Calor y llenazo. Seis toros de El Pilar, bien aunque desigualmente presentada en gigantona y de vario juego. El primero no tuvo fuerza y resultó tardo y algo probón sin romper nunca. El segundo salió con muchos pies y aunque blandeó se fue arriba en palos y embistió con mucha nobleza. El tercero pareció tener tanta calidad como falta de fuerza pero se vino abajo por mal administrado. Con mucha clase aunque a menos el cuarto. Deslucidísimo el muy distraído y rajado quinto. Y  manejable el sexto. El Cid (caldero y oro): Tres pinchazos yéndose y dos descabellos, aviso y silencio tras algunos pitos; buena estocada, oreja sin fuerza. El Fandi (pistacho y oro): Estoconazo desprendido, aviso y dos orejas; media tendida, ovación. Salió a hombros. Miguel Tendero (marino y oro): Tres pinchazos y estocada corta trasera, silencio; pinchazo y bajonazo, silencio.

Me gustaría escuchar ahora a los que llevan años ninguneando a El Fandi y burlándose de mí mismo por los elogios que vengo dedicándole desde que hace ya más de diez empezó su carrera como matador de toros. Siendo todavía novillero, no pocos adivinamos que podría ser alguien importante a poco que le acompañara la suerte y, aunque la mayoría de los aficionados que yo llamo de “carnet” y, no digamos, la mayor parte de los ilustres ocupantes de las tribunas más difundidas, no han cesado de quitar méritos al torero y de poner a caldo a quien subscribe. Pero la verdad de los hechos se ha ido imponiendo a los dichos y el caso es que El Fandi no solo se ha mantenido en su puesto cimero, sino que ha ido progresando sin que se le adivine techo en lo que más se le ha criticado, el toreo de muleta.

Cada día que pasa está mejor y a cada paso que da, va convenciendo a los incrédulos mientas él no cesa en su empeño de torear cada vez con más temple y más aciertos técnicos. Ello sin contar su indiscutible maestría con las banderillas como bien se pudo comprobar ayer mismo cuando pareó al pésimo quinto toro sin que le importaran sus grandes inconvenientes por reservón y distraído después de habérsele metido por dentro cada vez que intentó lancearle formalmente con el capote. Muy pocos habrán sido capaces de banderillear como lo hizo El Fandi a un toro de las mismas condiciones. Y de ahí lo excepcional de su caso por encima incluso de su sentido de la espectacularidad y de sus impresionantes facultades físicas.

Recuerdo lo que hace años me dijo Pepe Dominguín, uno de los más grandes especialistas en esta suerte, precisamente sobre El Fandi cuando requerí su opinión sobre qué le parecía y me dijo algo que nunca olvidaré. “Puede que nosotros banderilleamos mejor que el granadino en la suertes más naturales, pero solo con los toros muy buenos. A los regulares y a los malos, no les poníamos uno y por eso nunca  salimos a parear en ningún toro con problemas. En cambio, El Fandi, se las pone a todos sean como sean”. Dicho queda.

De su primera faena de muleta ayer, no decir que fue técnicamente irreprochable sería injusto. Y de cómo lo toreó con el capote, de lo perfectamente que lo lidió y de cómo lo mató, lo mismo. Que El Fandi no tiene clase ni torea con pellizco, bueno y ¿qué? Muchos, la mayoría de los que sí tienen ambas cualidades, siempre se quedan a la mitad y casi nunca disparan ni resuelven. ¿Entonces? Pues que el triunfo que ayer logró David Fandila en Pamplona fue absolutamente legítimo por encima de las orejas que le dieron. Algunos dirán que dos fueron excesivas. Y yo digo que influyó el robo que anteayer se cometió con El Juli. ¿O no? Sea como fuere, ahí quedo eso.

De la gigantesca corrida de El Pilar el toro que más me gustó fue el cuarto. Yo esperaba  más de El Cid con este toro, pero el de Salteras no estuvo a su altura. Lástima, porque empezó muy bien y, poco a poco, las dudas le traicionaron y el animal se contagió viniéndose a peor. Con el primero, que no fue bueno y le pegó un susto tremendo nada más abrirse de capa, El Cid no logró superar su manifiesta desconfianza. Lo sentimos.

En cuanto a Miguel Tendero, que lejos de avanzar, parece que retrocede. Y eso que con el sexto anduvo bastante mejor que con el tercero. Pero no lo suficiente y, además, fatal con la espada que es su gran carencia.