En la gráfica le vemos toreando sobre la derecha con los pies juntos al toro de su alternativa, al que cortó una oreja, de la ganadería de Francisco Galache
Lamentamos comunicar la muerte, en la madrugada de hoy domingo, como consecuencia de un fallo multiorgánico, posterior a una complicada operación, del ex matador de toros palentino Pedro Giraldo, esposo de la escritora y fotógrafa norteamericana, afincada en Madrid, Muriel Feiner, Presidenta del Club Internacional Taurino. Torero muy valiente y persona muy amable y cariñosa. Nacido el 5 de febrero de 1947, tenía 77 años.
Pedro Aláez Girado nació en un pueblecito de la provincia de Palencia llamado Cisneros de Campos. Fue al morir su madre cuando tomó la decisión de abandonar su pueblo natal y marchar a Sevilla, donde su tío le colocó como pinche de cocina en un restaurante, al que acudían a menudo las primeras figuras de la “novillería” de aquella época.
A los catorce años decidió ser matador de toros. Recorrió todas las capeas que había entonces: Salamanca, Zamora, Valladolid, Palencia, Navarra e incluso los Sanfermines de Pamplona. Vistió de luces por primera vez allí, en junio de 1968. Tuvo que esperar mucho tiempo, hasta julio de 1.973, para dar un paso importante en su carrera, la presentación con picadores en Baracaldo.
Tres años más tarde hace su presentación en la Plaza de Toros de las Ventas de Madrid, con una de aquellas terroríficas novilladas que más bien parecían corridas de toros, y consiguió una oreja de un novillo de Sotillo Gutiérrez.
Su sueño se cumple el día dos de septiembre de 1978 en la feria de San Antolín en Palencia, al tomar alternativa, de manos de “El Viti”, en presencia de Palomo “Linares”. Esa temporada toreó dos corridas más y cortó un total de siete orejas. Confirmó la alternativa en Las Ventas el 15 de junio 1980 con Pepe Pastrana y Paco Aguilar, abrió plaza el rejoneador Luis Miguel Arranz. Al año siguiente se pasó a las filas de plata. e gustaba su propio estilo y estaba satisfecho con su forma de torear.
Absolutamente partidario de las escuelas taurinas, a las que pensaba que hay que ayudarlas y promocionarlas, para que en los futuros toreros no tengan que pasar por esas dos mil volteretas que se ha llevado él en las capeas, por carecer de técnica y porque nadie le había explicado cómo funcionaba el toreo.
Giraldo era socio del Club Amigos de la Dinastía Bienvenida.