TOROSDOS

Se torea como se és. Juan Belmonte

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"La peor feria de nuestra vida". Artículo de Domingo Delgado de La Cámara.

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Ayer empezó esa extensión ortopédica y oportunista de San Isidro que es la Feria del Aniversario. Pero todos sabemos que es la continuación de San Isidro. Y este San Isidro está siendo la peor feria de nuestra vida, y ¡mira que ha habido San Isidros malos en los últimos tiempos! Pero lo de este año ha rebasado todas las marcas de la podredumbre y de lo nauseabundo. Esperemos que la Comunidad de Madrid obre con sensatez, no renueve a Taurodelta, haga un pliego racional, y convoque nuevo concurso. Si llegara a renovar a los Choperitas, sería un atraco a la afición que paga. Sería una infamia. Mientras tanto, los miembros del inoperante Consejo Taurino, con cara de primo tocando el violón. ¿A quien representan? Desde luego a los aficionados no.

Ayer otra tarde en blanco, y van... La corrida de Valdefresno fue descastada y mansurrona, pero con algunos toros podía haberse estado mejor. A la corrida la faltó final, pero mientras se movieron, algunos toros no lo hacían mal. La terna no dio una. A estas alturas es evidente que los que decían que Urdiales era poco menos que el paladín del toreo clásico, se pasaron tres pueblos. Urdiales es un torero de no malas maneras y con buen oficio. Pero su escaso valor le impide echar la muleta al hocico del toro y dejarla por delante para ligar los muletazos. Siempre está al hilo del pitón con la muleta retrasada.

Su primero de ayer, hasta que se paró, embistió pronto y bien por el pitón derecho. Urdiales no apostó nada en una faena de medios muletazos sin ninguna ligazón. El cuarto era brusco y violento. La faena fue una sucesión interminable de enganchones. Hay que recordar que, dentro de la descastada corrida de Parladé, al riojano le tocaron dos toros manejables, y ayer otro. No hizo nada digno de recuerdo con ninguno. No ha justificado su inclusión en corridas de ganaderías amables. Todo parece indicar que no va a ir más lejos de donde ha llegado.

Se esperaba mucho de los jóvenes Pinar y Tendero, pero ofrecieron una tarde muy espesa que llena de interrogantes su inmediato futuro. No voy a decir que tuvieron toros de ensueño, pero ellos estuvieron muy por debajo de las expectativas que crearon el año pasado. El primero de Pinar embestía huyendo y calamocheando, y el otro se paró pronto. En ambos estuvo vulgarote y anodino. Ni aprovechó las pocas embestidas de su primero, ni se montó encima del otro. Además, su oficio y buen sentido del temple no son suficientes para ocultar sus toscas maneras.

Es la tarde que peor hemos visto a Miguel Tendero. Su primero embistió bien tres series antes de pararse. Muletazos sumarios y anodinos que no llamaron la atención de nadie. Con el sexto, que pasaba bien dos veces pero se paraba al tercer muletazo, nadó y guardó la ropa sin exponer un alamar. En ningún momento se decidió a jugársela. Es muy duro, pero un matador joven está obligado a eso: a jugársela. Con el acero, mitin gordo en los dos toros.

En resumen: un asco de corrida. Uno de los parámetros para valorar la categoría de un coso, es el grado de satisfacción del espectador. Teniendo en cuenta este elemento, ahora mismo Madrid es la peor plaza del mundo. En ningún coso medianamente importante el espectáculo es tan malo y el público sale tan frustrado. No me resigno. Todos sabemos quienes son los responsables de este escarnio y qué medidas hay que tomar para enderezar la situación. ¿A qué estamos esperando?