Tarde de entusiasmo e ilusión en homenaje al desaparecido ganadero Victorino Martín Andrés. Tras romper el paseíllo se guardó un minuto de silencio, con el público en pié, en su memoria.
Se lidió una corrida muy en el tipo de “Albaserrada” destacando tercero, por su bravura y fiereza, y cuarto por su nobleza.
Madrid. Plaza cubierta de Vista-Alegre. Sábado, 17 de febrero de 2018. Primer festejo de la Feria de Invierno. Corrida de toros homenaje al ganadero recientemente fallecido Víctorino Martín Andrés. Seis toros de Víctorino Martín, desiguales de presentación y juego. Dos cárdenos, cuatro negros entrepelaos. Curro Díaz, ovación y una oreja. Daniel Luque, ovación y silencio. Emilio de Justo, una oreja y ovación. Saludó montera en mano Juan Contreras, tras parear al segundo toro. Corrida transmitida en directo por Castilla-La Mancha televisión.
El paseillo, con los toreros decubiertos, Daniel Luque a la derecha, en el centro Emilio de Justo y a la izquierda, Curro Diaz, montera en mano, sobre un ruedo decorado con el hierro y la divisa de la ganaderia del criador desaparecido
Abrió plaza “Bolsico”, un cárdeno claro fino de hechuras y mirada viva, con el que Curro Díaz lanceó muy bien a la verónica ganándole terreno con la muleta, destacó del diestro linarense el pellizco y el gusto de torero artista al rematar esas series con los pases de trinchera, con un ejemplar que reponía en las embestidas. Mató de estocada arriba, recibiendo una ovación con saludos. Con el cuarto de nombre “Mediopelo”, que hizo muy buena pelea en varas llegando a desplazar al equino que montaba Curro Sánchez hasta fuera de la segunda raya, Díaz hizo un trasteo desde el tercio sacándose el toro fuera, y en los medios cuajo dos tandas en derecho de antología. Sin embargo, la faena por el pitón izquierdo no tuvo la misma intensidad en parte por el escaso celo y humillación que su pupilo manifestaba, a pesar de tener una cierta calidad.
Daniel Luque lanceó muy bien de capa al segundo de la tarde que vio como se le quedaba corto enseguida. Durante el tercio de banderillas destacó Juan Contreras que se vio obligado a saludar montera en mano. Con la muleta al toro le faltaba clase y enseguida se apagó, no obstante hay que reseñar dos tandas por el pitón derecho despacito rematas con sus respectivos pases de pecho. Finalmente mató de estocada caída, escuchando ovación con saludos. Menos suerte tuvo en el quinto un ”victorino” flojo de remos y que se quedaba en las zapatillas. Luque lo lidió con dignidad y lo pasaportó de media estocada, su labor fue silenciada.
Emilio de Justo se enfrentó al toro más bravo del encierro lidiado en tercer lugar de nombre “Melonchero”, un cuatreño astifino y veleto que tomo dos puyazos sin demasiados alarde de bravura. El toro exigía mano baja, despaciosidad y llevarlo hasta el final debido a su magnífica condición de humillar. El extremeño tardó en ver las condiciones de su oponente y no fue hasta mitad de la faena cuando se decidió abajar el engaño y torearlo con sutileza y empaque, sobre toda en la última serie. Mató de estocada tendida y cortó la primera oreja de la tarde. Con el que cerraba plaza también lo coloco para que entrase dos veces al caballo, dejando ver su arrancada de lejos, pero sin meter los riñones. Con la muleta se orientó demasiado y el cárdeno le hizo pasar momentos de apuros al matador que solvento la papeleta con técnica y dignidad.
