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Se torea como se és. Juan Belmonte

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Diario ABC. La carta de Iván Fandiño: «Si estáis leyendo esto, todo habrá acabado»

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Dos años antes de su cornada mortal, el torero escribió una desgarradora y emotiva misiva en la que se despedía de su familia

ROSARIO PÉREZ

«Seguramente, si estáis leyendo esto, todo habrá acabado». Así, con tan desgarradora frase, sin ambages y fiel a su personalidad, comienza la carta que Iván Fandiño escribió dos años antes de su trágico percance. En esta sociedad a veces desnaturalizada, donde la mayoría cierra los ojos ante la muerte, un hombre la miró fijamente. Fandiño no solo dialogaba con ella cada tarde en el patio de cuadrillas –pongamos que hablamos de Madrid–, sino que la conversación se alargaba en la soledad del hotel. A sus 10 años de alternativa era ya una vieja amiga. Y en ese silencio de la suite 201 de un cinco estrellas capitalino, en mayo de 2015, Fandiño derramó tinta mar sobre dos folios en blanco para escribir la misiva que hoy, dos años después, ha visto la luz. La luz en su familia, destinataria de la correspondencia, la de sangre y la de corazón.

La figura vasca escribió las líneas de puño y letra el 15 de mayo (así está fechada), mes y medio después de su encerrona de «No hay billetes» en Las Ventas, con seis toros de hierros míticos, en una tarde que salió cruz en lo artístico y cara en un llenazo histórico. Aquel 15 de mayo, festividad de San Isidro, el León de Orduña, de rosa y oro, se reencontraba con la Monumental, con el calor de los fieles que siempre aguardaban su rugido pero también con su crudeza. «Probablemente, el precio que me ha tocado pagar es demasiado duro, pero mi alma está tranquila», deletrea el torero de Orduña, según ha podido saber ABC, en esta carta, algo desteñida por el paso del tiempo y que ha recorrido medio mundo, desde España a Francia, de Colombia a México, de Perú a Ecuador. «La llevaba en una maleta que sólo utilizaba él. Su mujer, hace unos días, haciendo limpieza, se la encontró. Imagínate la emoción que sentí cuando la leí, el orgullo que siento de haber apoderado a un tío tan tío», contó su apoderado, Néstor García, a Manolo Molés en el programa «Los Toros».

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