Toros, música y diluvio de trofeos en el Mediterráneo des Saintes
Ubicada entre playa y puerto existe una plaza màs balnearia que la des Saintes?
Les Saintes son las Santas Marthe, Marie Madeleine y la sirvienta Sara la Negra. Sepultadas en este pueblo de Camargue son objetos del culto celebrado, todos los años a finales de mayo, por el pueblo gitano, cuyos miembros llegan del mundo entero por un peregrinación entre fervor y fiestas, rumbas y canto hondo acompañan: la dinastía de Los Reyes, Manitas de Plata... tienen descendencia. La familia Jalabert, hombres de la tierra ofrecìan ayer a los aficionados y al turismo interesado por las culturas locales una corrida amenizada por el grupo flamenco DAME LA MANO: el guitarrista IBOR SANCHEZ y la cantaora CLARA TUDELA en sus improvisaciones consiguieron borrar la sombra de las bandas tradicionales y sus esclerosados repertorios.
Los olé vida mía ... tu beso por España... la mente del niño mirando al torero y tantas muchas cosas sorprendieron, gustaron al buen público y a los toreros.
A los toros de Palla? Todavía no se sabe nada. Presentación correcta , juego desigual.
JUAN BAUTISTA, de tabaco oscuro y oro. Media estocada: silencio. Estoconazo: dos orejas y rabo. Decepcionado por su flojo primero de 6 añitos, Juan volvió con ganas, dispuesto A poner el reloj de la plaza en hora.. Dibujò dos derechazos cariñosos para dar salida a la guitarra y a las palmas. Al diestro arlesino le gusta la música de su tierra, sobre todo cuando manos y cuerdas se unen como los azules del cielo , más aùn todavía cuando la resaca de las olas contesta en unos refranes por perlas. De tablas a boca de riego de rodillas, naturales a la CLARA , postre por manoletinas , café-puro y copa por estoconazo.
EL CAPEA, de verde y oro. Gran estocada: oreja. Otra: dos orejas . La tarea no era de las más difíciles, Les Saintes no son Bilbao o Pamplona, Sevilla tampoco pero el Salmantino gustó . Toreando bajando la mano, sincero, serio, al unisono con los músicos, ayudado por las gradas este Capea merece mucho más que la condescendencia concedida por unos aficionados, sobre todo que se lo dan por enterado.
JEREMY BANTI, de oro y opalina. Estocada magistral: dos orejas. Rosario de metales: silencio. Jeremy no torea, cuantos contratos en cinco años? Al pisar el ruedo se notaban la falta de oficio...y las ganas . Su primer toro noble, colaboradora carita sencilla le dio confianza y este otro joven abandonado, entre falta de recursos y ganas, desordenado, al estilo atípico por supuesto supo ganar el interés, el cariño del respetable y tocar al cielo saliendo a hombros. Con el que cerraba la plaza el guiòn era distinto, las ganas no eran suficientes.